El Ficus Burgundy se caracteriza por sus hojas grandes, gruesas y brillantes de color verde oscuro o burdeos intenso, y su tronco robusto. Es una planta resistente, de bajo mantenimiento, que prefiere la luz indirecta brillante. Es ideal para interiores luminosos, aportando un toque sofisticado y moderno, y requiere poca agua, esperando a que la tierra se seque por completo entre riegos.